martes, 8 de abril de 2008

ASI EMPIEZA EL RELATO DE TAO... Y COMO NUESTRO HILO ROJO NOS UNIO

Barcelona 30/11/2004

Hace tiempo voy dándole vueltas a la idea de escribir todo aquello que pasa en nuestras vidas, todo lo que nos ha pasado y en todo lo que nos espera hasta llegar a ti.
No sé cómo, ni por dónde empezar. Tal vez por el inicio, con una breve presentación de la dos personas que aun sin conocerte ya te quieren.
Soy "mamá" y me llamo Sofia, hace 6 años que conocí a papá y nos fuimos a vivir juntos.
Nos conocimos en el trabajo, ya lo verás, parece muy serio, pero es la persona más cariñosa del mundo. Te encantará.
Hace unos tres años nos planteamos la posibilidad de tener familia y empezamos a buscar, pero no había forma, así pues, iniciamos un largo peregrinar de médicos.
Al principio nos decían que los niños no llegan en el primer intento y que la vida tan estresante puede retrasar un embarazo, pero yo como siempre tan insistente (ya me conocerás) decía que algo pasaba y que seguro que debía haber algún problema.
La doctora no tuvo más remedio que darnos un volante para el servicio de esterilidad, pero como siempre, las cosas son muy lentas y no nos dieron cita hasta al cabo de 6 meses. A partir de aquella visita todo fueron analíticas, pruebas, más visitas..., y todo ello con el tiempo corriendo a nuestro alrededor.
Sobre el mes de febrero del año pasado nos dieron el diagnóstico definitivo: yo no puedo tener hijos de forma natural.
Al principio fue un golpe duro, pero como siempre papá estaba a mi lado, apoyándome en todo momento.
Tomamos la decisión, tras hablar con el especialista, de realizar alguna fecundación in vitro, método por el cual podíamos llegar a ser padres.
El primer intento fue ese mismo mes de septiembre, pero debido tal vez a mi sobrepeso o al desconocimiento de mi respuesta a los fármacos por parte del médico, el intento quedó frustrado.
Fue un domingo por la mañana, tras acudir a la consulta para ver cómo íbamos, cuando el doctor nos comunicó que debíamos suspender el tratamiento, pues no hacía el efecto esperado en mi organismo. Aquel día era el bautizo de Laia, mi ahijada, ya verás las fotos, estamos de pena.
Pasamos el día llorando y muy bajos de moral. Como siempre papá estuvo a mi lado para ayudarme a superar esa situación.
Al cabo de unos días pensamos que ese pequeño tropiezo no podía minar nuestra ilusión de ser padres y remontamos nuestro ser a la espera del que sería nuestro siguiente intento.
Tras ese primer intento llegaron otros tres. Los dos primeros fueron negativos, pero lo supimos superar los dos unidos y apoyándonos el uno en el otro.
El último intento fue a finales de mayo y la prueba de embarazo realizada en junio fue positiva. Aquella tarde la alegría, la ilusión, la sensación de felicidad y bienestar que sentíamos era inmensa, no sé si todo lo que llegamos a sentir, ni siquiera con estas palabras escritas alguien podría ni siquiera hacerse una idea de lo que fue. Pero la ilusión duró tan sólo unos días, en la ecografía no encontraron ningún saco fecundado y tras varias pruebas nos confirmaron el diagnóstico de aborto tubárico.
No te negaré que fue un golpe muy duro, posiblemente el más duro desde que todo esto empezó, pero como siempre miramos hacia delante y llegamos al consenso de iniciar los trámites de la adopción, TU ADOPCIÓN.
El tema de la adopción lo habíamos comentado alguna vez, pero creíamos que si teníamos la posibilidad de tener un hijo biológico, lo justo era intentarlo y no iniciar los trámites de una adopción y después pararlo por habernos quedado embarazados. Ambos estuvimos de acuerdo y por ello no volvimos a hablar del tema hasta agosto del 2004.
Ese verano había acabado la carrera de enfermería y me ofrecieron un trabajo en la Gran Vía por las mañanas. Me enteré que el ICAA estaba al lado y no dudé ni un momento en ir a buscar toda la información necesaria y llevarla a casa para comentarla con papá.
Y aquí empezó tu historia en nuestras vidas o nuestra historia en tu vida.
Durante la última quincena de agosto estuvimos recopilando toda la documentación necesaria para poder entregarla en el ICAA y así iniciar el proceso.
El 30 de agosto de 2004 a las 11:53h entregamos la solicitud para tu adopción, entonces nuestras opciones al no estar casados eran tan solo 4 países: Colombia, Ecuador, Brasil y Nicaragua.
Iniciamos los trámites con la solicitud de un menor a Colombia.
A mediados de septiembre nos llegó a casa, como si fuese mi regalo de cumpleaños, una carta de la fundación Vidal i Barraquer en la cual se nos citaba para iniciar el proceso de obtención del CERTIFICADO DE IDONEIDAD. Debíamos acudir a un cursillo de dos días, programados en nuestro caso para los días 22 y 23 de octubre.
Así fue como iniciamos nuestro caminito particular hacia ti.
La verdad es que no sabíamos muy bien que nos explicarían, ni que esperaban de nosotros, pero allí estábamos para lo que hiciese falta.
El cursillo duró un día y medio, en el nos explicaron situaciones y casos ocurridos en otras adopciones, y también querían hacernos ver que no todo era un camino de rosas, que algún día nos llegarían una serie de preguntas por tu parte, o reacciones para las cuales deberíamos irnos preparando.
El cursillo estuvo bien y además tuvimos la oportunidad de conocer otras parejas que estaban en nuestra misma situación. El sábado al acabar el cursillo ya nos dieron cita para ese mismo lunes con la psicóloga que llevaría nuestro expediente.

PD: seguiremos otro día con el relato de Tao, así fue como empezaron a enredarse nuestros hilos rojos.

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